1 de noviembre de 2025

Inflación desbordante: los precios se disparan en el conurbano, y ponen presión sobre las familias en los barrios populares

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La inflación se ha mantenido persistentemente alta durante todo el año 2023, superando constantemente el 6% mensual, siendo agosto y septiembre los meses más críticos con una inflación superior al 12% en ambos casos. La situación se agrava en el conurbano, la región más poblada de Argentina, donde la desregulación de la economía y los precios liberados han impactado duramente.

En los «almacenes de cercanía», pequeños comercios en barrios populares, la variación de precios ha alcanzado niveles preocupantes. En diciembre, la inflación en la Canasta Básica Alimenticia (CBA) llegó al 48%, según datos relevados por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci). Este aumento, junto con otros datos recopilados, revela que la inflación en los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández superó el 1000%.

Productos esenciales como la leche experimentaron aumentos interanuales de más del 500%, mientras que el arroz, que solía ser un refugio para las familias, sufrió una inflación del 733%. Estos números afectan significativamente a las familias en los barrios populares, que se ven obligadas a reorganizar gastos y buscar alternativas para enfrentar la escalada inflacionaria. El aumento de la Tarjeta Alimentar del 50%, anunciado recientemente, ya fue absorbido por la inflación del último mes del año, generando preocupaciones adicionales en una población que aún no ha recibido este auxilio.

 

Del otro lado del mostrador

En diciembre, la situación comercial en José León Suárez se volvió aún más difícil para los pequeños comerciantes. Oscar Spadiliero, un comerciante local, destaca que tuvo que ajustar los precios constantemente para mantener el negocio a flote. Comenta que una gaseosa popular aumentó de 680 a 1000 pesos en solo 15 días. Spadiliero, como muchos otros, está atado a los cambios de precios en los grandes centros de abastecimiento que rodean los barrios, y el temor a pérdidas al reponer la mercadería lo lleva a ajustar los precios en los productos que llegan a los almacenes.

La realidad de los comerciantes de barrios populares como José León Suárez refleja el impacto de la inflación en los precios y la dificultad para mantener un negocio en medio de la escalada de precios. La falta de dinero y la imposibilidad de acumular inventario los hacen vulnerables a los cambios en los precios mayoristas. La situación se agrava con la incertidumbre sobre la evolución de la inflación en los meses venideros, y la esperanza de una desaceleración se ve empañada por la preocupación de que los salarios y las jubilaciones no puedan mantener el ritmo de los aumentos de precios.

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