Corea del Sur aprobó un proyecto de ley que prohíbe el consumo de carne de perro
                El proyecto de ley prohíbe la cría, el despiece, la distribución y la venta de perros para el consumo de esta carne.
Según la nueva norma, quien mate a un perro para comer puede ser castigado con hasta tres años de prisión o una multa de hasta 30 millones de wones – unos US$ 23.000 -. Medidas similares se aplicarán contra quien críe perros, adquiera, transporte, almacena o venda productos elaborados a partir de carne canina. Sin embargo, los consumidores, por el momento, no recibirán ningún castigo.
A su vez, se exigirá a los gobiernos locales que apoyen a propietarios de granjas, restaurantes de carne de perro y otros trabajadores del comercio de perros durante un período de gracia de tres años para cerrar o cambiar sus negocios y que la transición se realice de forma “estable”.
La prohibición del consumo de esta carne era una de las principales promesas de campaña del presidente Yoon Suk Yeol, y la primera dama Kim Keon Hee, que ha expresado abiertamente su apoyo a esta medida, ya que la pareja tiene cuatro perros y tres gatos.
Debido a los periodos de pobreza extrema que vivieron estos países durante las épocas de guerra, en ese entonces se consideraba que la carne de perro era una fuente de proteínas barata y de fácil acceso.
Con la industrialización y el desarrollo de la economía, el número de surcoreanos que comen carne de perro ha disminuido drásticamente en las últimas décadas y los consumidores suelen ser adultos mayores.
Según las estadísticas del Gobierno, en Corea del Sur hay actualmente unas 1.100 granjas de perros, 34 empresas de carnicería, 219 distribuidores y aproximadamente 1.600 restaurantes que venden comida hecha con carne de estos animales domésticos.
Los grupos defensores de los derechos de los animales aplaudieron inmediatamente la medida: «Creemos que esta prohibición marca un importante punto de inflexión en la actitud de Corea del Sur hacia la protección de los animales», aseguró Lee y agregó: «Muestra la determinación de nuestro público amante de los animales y de los políticos que alcanzaron un punto de inflexión para relegar esta industria obsoleta a nuestros libros de historia».
