Dos detenidos en Ecuador sospechosos del crimen del fiscal Suárez
Ecuador volvió al estado de conmoción. El fiscal César Suárez, especializado en casos contra el narcotráfico, fue asesinado, en la ciudad de Guayaquil. Recibió 20 balazos en una emboscada mientras viajaba en su auto particular y no tenía custodia. Un golpe pensado por los grupos narcos para demostrarle al gobierno que su capacidad de acción sigue siendo firme.
El crimen se produjo justo cuando el presidente Daniel Noboa anunció que el gobierno había logrado recuperar el control de las cárceles del país. Muchos jefes del crimen organizado estaban en prisión, pero desde allí – gracias a la corrupción – seguían manejando sus negocios y ordenando asesinatos.
El fiscal César Suárez, tenía una amplia experiencia en la investigación de las bandas narcos que operan en Ecuador. Tras los violentos sucesos en Guayaquil de hace 10 días, le correspondió ocuparse de la toma de la estación de Televisión TC, en la principal ciudad del país.
Esa emisora estuvo durante horas a merced del grupo denominado Los Choneros. Obligaron a los periodistas – amenazados con armas largas apuntando a sus cabezas – a dar mensajes al aire contra el presidente Daniel Noboa.
La policía logró – varias horas más tarde – recuperar las instalaciones y 13 de los violentos pudieron ser detenidos.
Justamente, el fiscal Suárez fue asesinado cuando dejaba su despacho luego de una ronda para tomarles declaraciones.
Como le había revelado a la prensa, pese a su riesgosa tarea, el fiscal antinarco no llevaba custodia. Fue así que dejó su lugar de trabajo y cuando llegó a una avenida en el norte de Guayaquil, un auto con los sicarios se le cruzó. Le efectuaron al menos 20 disparos para acribillarlo. Los asesinos huyeron del lugar y poco después, el auto supuestamente utilizado para el crimen apareció incendiado.
La policía comunicó por las redes sociales que hay dos detenidos presuntamente vinculados con el asesinato.
El gobierno de Ecuador decretó por al menos un mes el estado de excepción por «conmoción armada interior». Tras los ataques en las calles – autos incendiados y saqueos – o la toma del canal de TV, el gobierno centró su acción en el control de las cárceles, transformadas en «oficinas» desde donde los narcos operaban, son tapujos.
Pero el asesinato del fiscal Suárez pone nuevamente el énfasis en la calle y la seguridad urbana. Guayaquil es una de las ciudades más inseguras de Sudamérica.
«Los ecuatorianos estamos juntos y unidos», señaló el presidente al enterarse del magnicidio, aunque el asesinato de un fiscal, en pleno estado de excepción, es una clara demostración de poder delos grupos de narcotraficantes.
