6 de noviembre de 2025

“Esperame en casa, ya voy”: un misterioso viaje y 12 tiros, la oscura trama del crimen de una chica de 19 años

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El caso del asesinato de Celeste Ocampo, la joven de 19 años que fue encontrada muerta con 12 disparos en un descampado de La Matanza, se ha vuelto cada vez más enigmático y desconcertante. Lo que comenzó como una simple salida del trabajo para visitar a una amiga, se ha transformado en un rompecabezas que la policía y la familia intentan descifrar sin éxito hasta el momento.

Lo único claro en la investigación es que Celeste salió de trabajar el martes 23 de julio a las 21:35 en Villa Soldati, como lo registraron las cámaras de seguridad. A través de una aplicación de transporte, solicitó un remis para dirigirse a la casa de una amiga, un destino que aún no está del todo confirmado. Tres días después, su cuerpo fue hallado en el cruce de las calles Escribano y Río Matanza, en el barrio Venazza, con 12 impactos de bala.

Inicialmente, las sospechas se dirigieron al conductor del remis que la había llevado, pero él declaró haberla dejado en una estación de servicio en González Catán. Esta versión fue corroborada por el GPS del vehículo y por cámaras de seguridad, lo que añadió más confusión al caso. Celeste fue vista tomando otro auto en la estación, pero desde ese momento, su paradero se convirtió en un misterio.

Nancy, la madre de Celeste, ha expresado su desconcierto y dolor, señalando que su hija no mencionó nunca tener una amiga en esa zona. La situación se torna aún más extraña con la conversación que Celeste tuvo con su novio antes de desaparecer. Aunque él quería acompañarla, Celeste insistió en ir sola, diciéndole que volvería pronto.

El entorno laboral de Celeste tampoco ofrece muchas respuestas. Trabajaba en un bar en la zona de Constitución, un lugar donde enfrentaba situaciones difíciles, especialmente con clientes que se ponían agresivos. Su madre ha sugerido que este ambiente podría haber tenido alguna relación con su trágico final.

La investigación se ve además obstaculizada por el silencio de los vecinos tanto del lugar donde fue hallada como del lugar donde trabajaba. Nancy ha mencionado su preocupación por el miedo que muestran los vecinos y ha insinuado que el narcotráfico podría estar involucrado.

La incertidumbre y el dolor han devastado a la familia de Celeste, que clama por justicia y respuestas. Nancy, que carece de los recursos para pagar un abogado, solo desea entender qué sucedió realmente esa noche y por qué su hija fue víctima de una muerte tan brutal.

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