Alquileres: ¿se viene una avalancha de litigios?
Los propietarios celebran anticipadamente el anuncio del presidente electo en cuanto a la derogación de la nueva Ley de alquileres, y al otro extremo, las agrupaciones de inquilinos sufren y patalean por lo que ellos consideran una pérdida de derechos e incertidumbre habitacional futura.
Ahora bien, ¿qué de cierto hay en los postulados de ambas partes? ¿Qué nos ha enseñado el mercado, y por sobre todo, las experiencias de los países de la región en la materia?
En rigor, pongamos el asunto como un trade-off y veamos quiénes son los perdedores y los ganadores (si es que los hay) en esta contienda que tiene más tinte ideológico que práctico.
Ahora bien, esta libertad que se busca versus el sentir de los inquilinos, respecto de posibles prácticas abusivas de los propietarios en rigor no es tal, y responde a una sensación que fue alimentándose durante las décadas pasadas, de entender la problemática como una «lucha» más no como una relación cooperativa entre ambos lados que se necesitan recíprocamente.
En primera medida, la relación canon locativo está directamente ligada con el precio promedio de la propiedad. Aunque esta no es la única variable. Juegan también la cantidad de stock disponible, el acceso a créditos y, por sobre todo, certidumbre y seguridad jurídica.
