Bioeconomía: Aprovechamiento de Recursos Biológicos para la Producción Sustentable de Bienes y Servicios
 
                En los últimos años, el concepto de bioeconomía ha ganado relevancia en las agendas de varios países y organismos internacionales. Aunque no existe una definición universal, se concuerda en que la bioeconomía surge como una respuesta a desafíos globales como el cambio climático, el agotamiento de recursos fósiles y la creciente demanda de bienes y servicios debido al crecimiento poblacional, especialmente en áreas urbanas.
Nicholas Georgescu-Roegen, estadista y economista rumano, introdujo el concepto en la década de 1970. Inicialmente, abogaba por la compatibilidad del consumo y la producción en el mundo desarrollado con la sostenibilidad ambiental y la inclusión de la población excluida de los recursos naturales.
Hoy en día, la bioeconomía se centra en explorar nuevas posibilidades y formas de crecimiento, en lugar de limitarse al enfoque de límites al crecimiento. En Argentina, el Ministerio de Ciencia y Tecnología incorporó el concepto en 2013 a través de programas de financiamiento y simposios nacionales y regionales.
La bioeconomía se integra en los Planes Nacionales Argentina Innovadora 2020 y 2030, y el Ministerio de Agroindustria la define como «el aprovechamiento de los recursos biológicos para la producción sustentable de bienes y servicios». La biodiversidad y la disponibilidad de biomasa se vuelven centrales en esta estrategia.
Las primeras políticas se enfocaron en el uso de recursos biológicos con fines energéticos, como la promoción de biocombustibles y energías renovables. Sin embargo, existe cierta tendencia hacia casos específicos en la zona centro-noroeste del país.
En la estrategia nacional, el crecimiento económico y el desarrollo sustentable son prioritarios, pero la sustentabilidad no se presenta como una condición intrínseca, lo que podría llevar a prácticas extractivas.
Para avanzar en la bioeconomía, se requiere una combinación de políticas que incentiven el aprovechamiento de la biomasa. Esto incluye políticas productivas y ambientales que mantengan los ecosistemas y la biodiversidad, promoviendo la innovación en ciencia y tecnología, y desarrollando instrumentos de regulación y financiamiento adaptados a las necesidades de los sectores productivos.

 
                       
                       
                       
                       
                       
                       
                      