La ausencia del federalismo en el debate actual
 
                Las marcas históricas de estas luchas serán reflejadas expresamente en el Pacto Federal de 1831, antecedente fundamental, junto al Acuerdo de San Nicolas, de la Constitución de 1853. La idea que subyace es la preexistencia de las provincias en relación a la nación.
La distribución inequitativa de recursos
Todas estas ideas y luchas no han logrado consolidar el federalismo en la práctica y por eso la recurrencia de los conflictos expresados en los constantes reclamos de las provincias ante el gobierno central e incluso ante la Corte Suprema de Justicia por la distribución equitativa de los recursos.
Los ejemplos se multiplican aunque podemos señalar el actual reclamo de la provincias en relación de la distribución de impuesto a las ganancias, el Impuesto País, los subsidios para el trasporte publico, energía, cajas previsionales, obra pública dejados sin efecto unilateralmente por nación y que ahora deben afrontar las provincias.
Por otro lado, es necesario destacar lo que sostiene la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los siguientes términos: “Al ser el federalismo un sistema cultural de convivencia cuyas partes integrantes no actúan aisladamente, sino que interactúan en orden a una finalidad que explica su existencia y funcionamiento, el ejercicio de sus competencias constitucionalmente asignadas debe ser ponderada como una interacción articulada. Fallos: “La Pampa, Provincia de/” 340:1695. /”Corrientes, Provincia de Fallos 344: 251.
Ha dicho también la Corte: “El sistema federal argentino se funda en el principio de lealtad federal o buena fe federal, conforme al cual en el juego armónico y dual de competencias debe evitarse el abuso de las competencias de un Estado en detrimento de los otros. De esta manera, el ideario federal en el que descansa nuestro sistema de gobierno parte de la base que el Estado Nacional, las provincias, los municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires coordinan sus facultades, para ayudarse y nunca para destruirse”. La causa es Bazán, Fallos 342: 509, Telefónica Argentina, Fallos 342:061. Voto de los jueces Maqueda y Rosatti.
Más adelante, en el mismo caso, sostiene la Corte: “en síntesis, el armónico desenvolvimiento del sistema federal de gobierno depende de la buena fe, de la coordinación y de la concertación recíproca entre los distintos estamentos de gobierno, esto es Nación, Provincia, Municipios y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pues estos principios constituyen el modo razonable para conjugar los diferentes intereses en juego y encauzarlos hacia la satisfacción del bien común”.
Es necesario destacar también que históricamente la jurisprudencia de la Corte y la Doctrina desde un primer momento reconocieron que los poderes de las provincias son originarios e indefinidos, en tanto que los correspondientes a la Nación son delegados.
En este sentido en Dr. Dardo Ramírez Braschi sostiene que el federalismo debe ser sinónimo de equidad, de igualdad y también de actuar con buena fe, que es lo que sostiene la Corte. Sin embargo, a esta altura cabe preguntarnos, ¿se han cumplido estos principios?
A la luz de los antecedentes mencionados, debemos destacar la necesidad de repensar un nuevo federalismo que pueda contener no sólo las exigencias actuales, sino también pensar en el futuro. Un sistema federal es dinámico, no hay un modelo único. Los antecedentes de Argentina han sido tomados del esquema federal sancionado en la Constitución de los Estados Unidos aunque cada nación reconfigura de acuerdo a sus características y cultura su propia norma.
Hoy más que nunca es necesario ponderar y sentar las bases de un federalismo actual basado en un amplio consenso y equidad que nos proyecte a un horizonte de progreso sostenido y previsible. El debate político de este tiempo no puede dejar fuera al federalismo si queremos construir una Nación con justicia y moderna que contemple normas claras como han querido los constituyentes de 1853.
La idea de federalismo, por lo tanto es insoslayable a la hora de definir el perfil de nuestra nación. Venimos de esa tradición y vamos juntos hacia ese horizonte como creían nuestros padres fundadores: transitar el camino del futuro con la constitución nacional como carta de navegación.

 
                       
                       
                       
                       
                       
                       
                      