UCR: la denuncia de un nuevo ataque a su Comité Nacional -

El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) ha denunciado un «nuevo ataque» a su sede, ocurrido el pasado sábado 23 de noviembre, cuando dos individuos descendieron de un automóvil y robaron los fusibles, dejando el edificio sin luz. Esta es la segunda denuncia de un ataque contra el partido; el primero tuvo lugar el 2 de noviembre, cuando un grupo ingresó al edificio, rompió puertas y destrozó muebles y computadoras, aunque no se sustrajo nada.

Detalles del Ataque

El último incidente se registró alrededor de la 1:41 a.m. del sábado. Los atacantes, que llegaron en un Citroën, inspeccionaron la zona antes de forzar el tablero eléctrico del edificio. Según la denuncia, uno de los hombres envió un mensaje de voz por WhatsApp mientras el otro manipulaba el sistema eléctrico.

Reacciones Políticas

Tras el primer ataque, la UCR había insinuado que podría tratarse de un «autoatentado» por parte del presidente Javier Milei. En esta ocasión, el partido también ha criticado al Gobierno por la falta de respuesta y colaboración en la investigación. Martín Lousteau, titular del partido y senador, había cuestionado aspectos del Plan de Inteligencia Nacional en una reunión previa a los ataques, lo que ha llevado a la UCR a considerar que estos incidentes podrían estar relacionados con sus cuestionamientos.

Contexto de Violencia Política

La UCR ha declarado que estos ataques no son delitos comunes, sino actos de violencia política dirigidos contra su sede. Han expresado preocupación por el clima político actual en Argentina y han reafirmado su compromiso con la defensa de la democracia y la convivencia pacífica.

Investigación

La Unidad de Flagrancia Este fue responsable de encontrar y detener a los sospechosos del primer ataque. La UCR ha exigido una rápida investigación para identificar a los responsables del último ataque y ha presentado una denuncia judicial para esclarecer los hechos.

Este contexto resalta las tensiones políticas en Argentina y cómo los ataques a sedes partidarias pueden tener implicaciones más amplias en la dinámica democrática del país.